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martes, julio 24, 2018

Noticias de Helena lxxviii

[Helena -once años- acaba de volver de Madrid de pasar las navidades]

- '¿Sabes papi? En este viaje ha sido la primera vez que no he llorado: a la despedida de las navidades ya me había acostumbrado, y, como esta vez hemos estado aún una semana más pues me ha costado menos. ¡Ah, y mira, este dibujo lo hice en el Vips!



El pensativo famoso
-'Yo pienso que...
¡Anda que no son pesados los paparaggi!'

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Unas bolitas fresquitas (feb. 14)

[Helena vuelve del cole]

-'Papá hoy en matemáticas ha sido horrible... Andreu ha llorado, ¡me ha dado una penita... el pobre! Y Emely me dice ostras si Andreu que siempre saca dieces ha sacado un cuatro y medio, imagínate... Y de repente me ha subido así, ¡fuuum! [se yergue levantando los brazos] como una corriente fría, como unas bolitas fresquitas de arriba abajo ¡fuuum!, y cuando he visto mi nota he hecho ¡fiuuuu! [se encoge]... y un alivio...'

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Keli

Noticias de Helena lxxvii

- 'Mamá, en la edad que estoy entrando (11 años) es muy importante pasar miedo; hacer cosas interesantes también está bien, pero lo importante de ir a una pijamada es ver una película de miedo y reírte con tus amigas del miedo que están pasando.'

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Keli

Noticias de Helena lxxvi (cuentos)


[En la cama, antes de dormir]
- '(...) yo creo que lo hacen para llamar la atención, pero no lo consiguen porque si se van y se apartan en silencio, sin decir nada a nadie, pues no consiguen llamar la atención, [nadie se entera]
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CUENTOS DE HELENA

03/05/12 'Las abuelas invasoras'

Sus nietos no les hacen caso porque siempre están en casa de sus padres.
Entonces decidieron conseguirles trabajo a los padres en paro, para poder estar más con sus nietos. [continuará]
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04/05/12 'La madre que le quitaba cuentos a su hija'

cuando la hija quería imaginar y escribir un cuento, y la madre no la dejaba porque se lo inventaba ella y le decía lo que tenía que escribir...
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05/12 'El caracol que tenía por concha un violín'
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'Los besos viajeros'
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'El sentimiento más profundo'
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'Los sentimientos del alcalde del mundo'

Había una vez un mundo en donde los países estaban separados por sentimientos: uno era de la alegría, otro era de la vergüenza, otro era de la tristeza, etcétera.

En ese mundo había una persona que lo gobernaba, que no era ni un rey, ni un presidente, ni un alcalde, sino era una persona normal con todos los sentimientos, para poder entender a todos los países. Esta persona había nacido hace unos cuatro años (que, en ese mundo valían cuarenta), y nacido junto a otra persona, que también tenía todos los sentimientos. Esas dos personas eran únicas en el mundo.
Transcurridos estos cuatro años (que son cuarenta), los individuos se presentaban para mandar en ese mundo y llevar todo en ese orden, aunque a veces, la codicia y la avaricia podían con algunos candidatos, pero eso no sucedía siempre.
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Una familia de tres personas, un padre, una madre y una niña, que habían salido de tres cuentos diferentes.
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Título para una película de miedo: 'No siempre se mata a dos pájaros de un solo tiro'.
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'La audición'  03/06/2012

El protagonista tenía una audición, que consistía en llorar. Pero a él (ella) nunca le había pasado nada triste, con lo que no sabía llorar. Así, la audición se estropeó, y él (ella) sintió (una vez fuera) que le acababa de acontecer algo triste, y se echó a llorar.


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Keli

miércoles, abril 13, 2016

¡Las primeras golondrinas!

 

¡Las primeras golondrinas

volvieron hace ya días

(finales de marzo)!

 

Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)


miércoles, abril 09, 2014

¡Las primeras golondrinas!

Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte

de sus chirríos!)

domingo, marzo 24, 2013


¡Las primeras golondrinas!

Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)


domingo, abril 01, 2012


¡Las primeras golondrinas!


Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)

martes, marzo 22, 2011


¡Las primeras golondrinas (y vencejillos)!


Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)

jueves, abril 01, 2010


¡Las primeras golondrinas!




Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)

lunes, marzo 30, 2009


¡Las primeras golondrinas!



Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)


domingo, abril 13, 2008

¡Las primeras golondrinas!





Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)
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Nota: ver también 07/04/07

sábado, abril 07, 2007


¡Las primeras golondrinas!



Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)





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Keli

lunes, enero 25, 2016

Para escribir hay que leer xiii

 http://www.abc.es/hemeroteca/imagenes/abc//24062004/Cultura/NAC_CUL_web_19.jpg

Hoy: 'Misericordia' (1897), de Benito Pérez Galdós (1843-1920)

I

    Dos caras, como algunas personas, tiene la parroquia de San Sebastián..., mejor será decir la Iglesia... dos caras que seguramente son más graciosas que bonitas: con la una mira a los barrios bajos, enfilándolos por la calle de Cañizares; con la otra al señorío mercantil de la plaza del Ángel. Habréis notado en ambos rostros una fealdad risueña, del más puro Madrid, en quien el carácter arquitectónico y el moral se aúnan maravillosamente. En la cara del Sur campea, sobre una puerta chabacana, la imagen barroca del santo mártir, retorcida, en actitud más bien danzante que religiosa; en la del Norte, desnuda de ornatos, pobre y vulgar, se alza la torre, de la cual podría creerse que se pone en jarras, soltándole cuatro frescas a la plaza del Ángel. Por una y otra banda, las caras o fachadas tienen anchuras, quiere decirse, patios cercados de verjas mohosas, y en ellos tiestos con lindos arbustos, y un mercadillo de flores que recrea la vista. En ninguna parte como aquí advertiréis el encanto, la simpatía, el ángel, dicho sea en andaluz, que despiden de sí, como tenue fragancia, las cosas vulgares, o algunas de las infinitas cosas vulgares que hay en el mundo. Feo y pedestre como un pliego de aleluyas o como los romances de ciego, el edificio bifronte, con su torre barbiana, el cupulín de la capilla de la Novena, los irregulares techos y cortados muros, con su afeite barato de ocre, sus patios floridos, sus hierros mohosos en la calle y en el alto campanario, ofrece un conjunto gracioso, picante, majo, por decirlo de una vez. Es un rinconcito de Madrid que debemos conservar cariñosamente, como anticuarios coleccionistas, porque la caricatura monumental también es una arte. Admiremos en este San Sebastián, heredado de los tiempos viejos, la estampa ridícula y tosca, y guardémoslo como un lindo mamarracho.
    Con tener honores de puerta principal, la del Sur es la menos favorecida de fieles en días ordinarios, mañana y tarde. Casi todo el señorío entra por la del Norte, que más parece puerta excusada o familiar. Y no necesitaremos hacer estadística de los feligreses que acuden al sagrado culto por una parte y otra, porque tenemos un contador infalible: los pobres. Mucho más numerosa y formidable que por el Sur es por el Norte la cuadrilla de miseria, que acecha el paso de la caridad, al modo de guardia de alcabaleros que cobra humanamente el portazgo en la frontera de lo divino, o la contribución impuesta a las conciencias impuras que van a donde lavan."

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Keli

jueves, enero 07, 2016

Vinculico Iohannes Maurus: La clase media como paradoja

Iohannes Maurus: La clase media como paradoja

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Salud y enjundia

Keli

sábado, junio 20, 2015

Para escribir hay que leer xii

Hoy: 'Los Thibault', (1922-1940) de Roger Martin du Gard (1881-1958)

El verano de 1914, capítulo XVII

(...)
   Jacques terminó, con una mirada arisca:
   -¿El capitalismo? No cabe duda de que ha sido antaño un instrumento de progreso... ¡Pero en nuestros días, por una ley fatal, ha pasado a ser una ofensa al sentido común, una ofensa a la justicia, una ofensa a la dignidad humana!
   -¡Bah! -dijo Antoine-. ¿Y eso es todo?
   Se produjo un silencio. León acababa de entrar y cambiaba los platos.
   -Tráiganos el queso y la fruta -dijo Antoine-; ya nos serviremos nosotros... ¿Petite suisse o de Holanda? -preguntó, volviéndose hacia su hermano. Había adoptado un tono deliberadamente indiferente.
   -Ni una cosa ni otra; gracias.
   -¿Una pera, entonces?
   -Sí; una pera.
   -Espera, voy a escoger una buena.
   Intencionadamente hacía hincapié en la nota cordial.
   -Ahora vamos a hablar en serio -prosiguió, después de una pausa y en un tono conciliador que atenuaba lo hiriente de la frase-. ¿Qué es el capitalismo? He de confesar que desconfío de estos términos que sirven para todo. Y especialmente de los que terminan en "ismo"...
   Esperaba confundir a su hermano. Pero Jacques levantó la cabeza tranquilamente. Su irritación parecía disiparse; incluso se dibujó en sus labios una sonrisa. Su mirada se posó durante un instante en la ventana abierta. El día empezaba a esfumarse; por encima de las fachadas grises, el cielo perdía su brillo por momentos.
   -Para mí -explicó-, cuando digo "capitalismo", me refiero, con toda exactitud, a esto: un determinado reparto de las riquezas del globo y una determinada manera de revalorizarlas.
   Antoine reflexionó un instante y aprobó con un movimiento de cabeza. Ambos sintieron, con igual alivio, que la conversación tomaba un sesgo menos violento.
   -¿Está madura la pera? ¿Quieres un poco de azúcar?
   -¿Sabes lo que más me subleva del capitalismo? -prosiguió Jacques, sin contestar a la pregunta de su hermano-. Que ha despojado al obrero de todo lo que hacía de él un hombre. A causa de la concentración industrial se le ha arrancado de la aldea, de su familia, de todo aquello que daba una particularidad humana a su vida. Se le ha desarraigado. Se le han frustrado todas las satisfacciones nobles que su profesión procuraba al artesano. ¡Se le ha rebajado a no ser más que un animal productor en ese inmenso hormiguero que es la fábrica! ¿Te das cuenta de lo que es la organización del trabajo en ese infierno? ¿La separación verdaderamente inhumana que se hace entre la parte manual y mecánica del trabajo y la... ¿cómo decirlo?, la parte intelectual? ¿Te percatas de lo que supone el trabajo diario para el obrero de la fábrica? ¿Qué servilismo embrutecedor?... Antes, este mismo individuo hubiera sido un artesano industrioso, amante de su pequeño taller, interesado en su trabajo. Hoy está condenado a no ser nada por sí mismo. ¡Nada más que una rueda, una de las mil piezas de esas máquinas misteriosas, cuyo misterio ni siquiera tiene necesidad de conocer para realizar su tarea! Misterio que es patrimonio de una minoría, siempre la misma: el patrono, el ingeniero...
   -¡Porque las personas instruidas y competentes son siempre una minoría, qué demonio!
   -El hombre ha sido desposeído de su personalidad, Antoine... ¡Ese es el crimen capitalista! ¡Ha hecho del obrero una máquina! Menos aún: ¡el servidor de una máquina!
   - Despacio, despacio -interrumpió Antoine-. En primer lugar, eso no es el capitalismo: eso es el maquinismo; no confundamos... ¡Y además, permíteme decirte que me parece que dramatizas excesivamente la realidad! De hecho, no creo que haya entre el ingeniero y el obrero esos compartimentos estancos tan exagerados. Lo más frecuente es que, incluso, haya entre ellos una especie de relación, de acuerdo, de colaboración. El obrero para el que la máquina representa "un misterio" es muy raro. No hubiera podido inventarla , ni tal vez construirla; pero comprende perfectamente cómo funciona, y muchas veces llega incluso a introducir en ella mejoras técnicas. De cualquier forma, la quiere, está orgulloso de ella, la cuida y se preocupa de que funcione bien... Studler, que ha estado en América, cuenta cosas muy curiosas acerca de ese "entusiasmo industrial" que se ha apoderado allí de las clases obreras... Pienso también en el hospital. No es tan diferente de una fábrica, al fin y al cabo... También hay en él patronos y trabajadores, una parte "intelectual" y una parte "manual". Yo soy una especie de patrono. Pero te aseguro que ninguno de los que están bajo mis órdenes, aunque sea el último enfermero, tiene nada de "servidor" en el sentido que tú empleas esta palabra. Todos trabajamos juntos con el mismo fin: la curación de los enfermos. Cada uno, según sus medios y sus aptitudes. ¡Si vieras qué contentos se ponen todos cuando nuestras fuerzas, conjugadas, triunfan en un caso difícil!
   "¡Siempre tiene que llevar la razón!", se dijo Jacques, irritado.
   Sin embargo, se dio cuenta de que había complicado un poco a lo tonto la conversación al dar a entender que fundaba principalmente su crítica del capitalismo sobre la organización y el reparto del trabajo.
   Haciendo por tranquilizarse, prosiguió:
   -Lo que resulta repugnante en el régimen capitalista no es tanto la naturaleza del trabajo como las "condiciones" impuestas al trabajo. Y no es necesario decir que no culpo de ellas al maquinismo en sí, sino a la forma en que una clase privilegiada la explota en su exclusivo beneficio. Si se quiere dar una idea simplificada del mecanismo social, puede decirse así: de un lado, una escogida minoría burguesa de gente rica, algunos de cuyos componentes son competentes y trabajadores, y los restantes ociosos y parásitos: minoría que lo posee todo, dispone de todo, ocupa todos los puestos de mando y acapara los beneficios sin dejar de participar en ellos a la masa; luego, del otro lado, esta misma masa, los verdaderos productores, los explotados: un inmenso rebaño de esclavos...
   Antoine se encogió de hombros alegremente:
   - ¿De esclavos?
   - Sí.
   - No. Esclavos no... -dijo Antoine, con jovialidad-: ciudadanos... Ciudadanos que tienen ante la ley exactamente los mismos derechos que el patrono o el ingeniero; que votan como ellos; que nadie los obliga a nada; que pueden trabajar o no, según los apetitos que hayan de satisfacer; que escogen su oficio, su fábrica, variando a su antojo... Si están obligados por contrato, son contratos que han aceptado libremente después de discutirlos... ¿Puede llamárseles esclavos? ¿Esclavos de quién? ¿Esclavos de qué?
   -¡De su miseria! Hablas como un perfecto demagogo, amigo mío... Todas esas libertades no son sino aparentes. ¡De hecho, el obrero actual no goza de ninguna independencia, porque está abrumado por su indigencia! Para escapar del hambre no cuenta sino con el salario de su trabajo. ¡Y, por tanto, no tiene más remedio que ofrecerse, atado de pies y manos, a la minoría burguesa que detenta el trabajo y fija los salarios!... Dices que las personas instruidas, los técnicos, son la minoría... Lo sé perfectamente. No tengo nada que reprochar a la aptitud... Pero fíjate un poco cómo pasan las cosas: si al patrono le parece bien, da trabajo al obrero, que tiene hambre, y por este trabajo paga al obrero un salario. Pero este salario no es nunca sino una mínima parte de la ganancia obtenida por el obrero. El patrono y sus accionistas roban el esto...
   -¡Con perfectísimo derecho! ¡Ese resto representa lo que les corresponde por su parte de colaboración!
   -Sí. Teóricamente, el resto debe representar efectivamente lo que corresponde al patrono por su dirección o al accionista por su condescendencia en facilitar los cuartos... Pero empecemos por comparar cifras. ¡Comparemos los salarios con los beneficios!... ¡En realidad, este resto es una deducción leonina, manifiestamente desproporcionada a la colaboración prestada! ¡Y este resto sirve al burgués para consolidar y aumentar su poder! Con lo que no utiliza para su bienestar, para su lujo, se sirve para constituir "capitales", que invierte en otros negocios y que van formando una bola de nieve. Y sobre la base de esta riqueza capitalizada a costa del obrero se ha ido forjado durante generaciones enteras la omnipotencia de la clase burguesa. Omnipotencia que descansa en una injusticia espantosa... Porque, y sobre esto quería volver, la peor injusticia no es, a pesar de todo, la desproporción entre lo que el capitalista cobra como remuneración de su aportación y el salario del hombre que trabaja. La injusticia más flagrante está en este hecho: ¡que "el dinero trabaja" para aquel que lo posee! ¡Y que trabaja "completamente solo", sin que que su propietario tenga que mover ni un solo dedo!... ¡El dinero se procrea a sí mismo indefinidamente!... ¿Has pensado alguna vez en esto, Antoine? ¡La sociedad de los aprovechados, gracias a la invención diabólica de la Banca, ha encontrado un subterfugio perfeccionado para comprar esclavos y hacerles afanarse para ella! Esclavos tranquilos, anónimos y lejanos, tan desconocidos que se puede fingir ignorar su vida de condenados a poco que se empeñe uno en tener la conciencia limpia... Y aquí está la iniquidad suprema: ¡este diezmo tomado de la carne y el sudor por el más hipócrita y el más inmoral de los artificios!
   Antoine apartó la silla de la mesa, encendió un cigarrillo y se cruzó de brazos. De repente, la noche había empezado a caer tan deprisa que Jacques ya no distinguía las tonalidades de expresión de su hermano.
   -Y entonces -preguntó Antoine-, ¿vuestra revolución va a cambiar todo esto como si lo tocara con una varita mágica?
   El tono era socarrón. Jacques apartó el plato, se apoyó sobre los codos cómodamente y, desde la penumbra, desafió a su hermano con la mirada.
   -Sí. Porque ahora, mientras se encuentra aislado, a merced de la necesidad, el trabajador está indefenso. Pero el primer efecto social de la revolución será darle por fin la fuerza política. Entonces podrá cambiar las bases. Entonces podrá establecer nuevas instituciones, un nuevo código... El único mal es esta explotación del hombre por el hombre. Hay que construir un mundo en el que esta explotación no sea ya posible. Un mundo en el que las riquezas, que son detentadas indebidamente por vuestras grandes industrias y vuestras grandes Bancas, se volverán a poner en circulación para que toda la comunidad humana pueda beneficiarse de ellas. Hoy en día, al pobre desgraciado que produce le cuesta tanto trabajo asegurarse el mínimo indispensable para su subsistencia que no le queda tiempo, ni valor, ni siquiera gusto, para aprender a pensar, a desarrollarse dentro de sus posibilidades humanas. Cuando se dice que la revolución abolirá la condición proletaria, se hace referencia a eso. En el pensamiento de los verdaderos revolucionarios, la revolución solamente ha de asegurar al productor una existencia más fácil, más tranquila y más feliz,: antes que nada ha de modificar las condiciones del hombre en relación con el trabajo; ha de humanizar el trabajo en sí, impedir que sea una servidumbre embrutecedora. El trabajo ha de tener sus momentos de ocio. Debe dejar de ser una mera herramienta desde la mañana a la noche. Debe tener tiempo para pensar en sí mismo; debe poder desarrollar al máximo, según sus aptitudes, sus cualidades de hombre; convertirse, en la medida de sus posibilidades (medida no tan restringida como se cree), en un verdadero ser humano...
   Había dicho "medida no tan restringida como se cree" con la fuerza persuasiva de un convencido, pero con una sorda entonación en la que un observador más agudo que si hermano tal vez hubiera podido percibir una sombra de duda.
   Antoine no se percató. Reflexionaba.
   -Después de todo... - concedió-. Vamos a suponer que todo eso sea realizable... ¿Pero por qué medios?
   -No hay otro sino la revolución.
   -Es decir, ¿una dictadura del proletariado?
   -Una dictadura, sí... No habrá más remedio que empezar por ahí -dijo Jacques, pensativo-. Una dictadura de los productores, para expresarlo mejor... ¡Se ha abusado tanto de la palabra "proletariado"! Incluso en los medios revolucionarios se está tratando ahora de desembarazarse de la vieja terminología humanitaria y liberal del cuarenta y ocho...
   "No es cierto -se dijo, pensando en su propio vocabulario y en las conversaciones del "Mentidero"-. Pero debiera suceder así..."
   Antoine callaba. No habia oído bien las últimas frases de su hermano. "Dictadura...", pensaba. A priori, una dictadura proletaria no le parecía inconcebible de por sí. Incluso llegaba a imaginarse sin demasiado trabajo lo que podría significar en algunos países: en Alemania, por ejemplo. Pero le parecía completamente irrealizable en Francia. (...)

Salud y enjundia

Keli

miércoles, abril 15, 2015

¡Las primeras golondrinas!

Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)


miércoles, abril 09, 2014

¡Las primeras golondrinas!

Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte

de sus chirríos!)


domingo, marzo 24, 2013


¡Las primeras golondrinas!

Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)


domingo, abril 01, 2012


¡Las primeras golondrinas!


Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)

martes, marzo 22, 2011


¡Las primeras golondrinas (y vencejillos)!


Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)

jueves, abril 01, 2010


¡Las primeras golondrinas!




Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)

lunes, marzo 30, 2009


¡Las primeras golondrinas!



Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)


domingo, abril 13, 2008

¡Las primeras golondrinas!





Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)
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Nota: ver también 07/04/07

sábado, abril 07, 2007


¡Las primeras golondrinas!



Ya van volviendo,
aristócratas,
las 
golondrinas
acróbatas.

(¡Quién no
presintió el estío
tras el pespunte
de sus chirríos!)





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Keli

jueves, marzo 26, 2015

Noticias de Helena lxxvii

[Helena y sus primas van a la nieve por primera vez -que recuerden]

Por teléfono.

- '¿Sabes papi? Ayer fuimos a la nieve, con las ganas que teníamos y ¡fue una cutrez enorme! Para empezar, nosotras nos la imaginábamos blanca, suave y sedosa y luego no era ni blanca ni suave nimuchomenossedosa... ¡Estaba negra, gris, sucia,toda pisada, sucia, a los bordes de la carretera todo el mundo pisando nieve sucia! Y cuando, con toda la ilusión fuimos a pisarla, saltamos y ¡no nos hundimos, no estaba blanda ni suave, estaba como piedras! Y saltábamos y saltábamos con todas nuestra fuerzas y ¡plof! no nos hundíamos e incluso para cogerla y hacer bolas de nieve era un rollo porque, como te he dicho, estaba toa dura y sucia y heladora...! Jolines, vaya desengaño, vaya cutrez de nieve, no me digas...'.


[Helena en clase de Naturales]

- '¿Sabéis? Cuando estoy en clase de Ciencias de la Naturaleza me encuentro en mi mundo... lo veo todo de otra manera, más a lo grande...
Porque, vamos a ver, resulta que...¡ vaya una potra que tenemos! Vaya una potra tener atmósfera y agua y estas condiciones climáticas, y oxígeno, es una potra gigantesca, si no no habría vida, no estaríamos aquí. Aunque yo creo que sí tiene que haber más vida en algún lugar del universo, porque con lo enorme que es como lugar, y con las milllones de estrellas con sus planetas alrededor, sería ya demasiada potra que sólo hubiera vida aquí'.

Salud y enjundia

Keli

viernes, mayo 30, 2014

Para escribir hay que leer xi




Hoy: Chester Himes, 'Un ciego con una pistola', 1969.
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Interludio

- 'Supongo que han descubierto quién empezó el desorden' -dijo Anderson.
- 'Siempre supimos quién fue' -dijo Grave Digger.
- 'Pero no podemos hacer nada' -agregó Coffin Ed.
- '¿Y por qué no?'.
- 'Está muerto' -contestó Coffin Ed.
- '¿Quién?'.
- 'Lincoln' -replicó Grave Digger.
- 'No debió liberarnos si no quería darnos de comer' -opinó Coffin Ed- 'Cualquiera pudo habérselo dicho'.
- 'Muy bien, muy bien, muchos nos hemos preguntado qué habría pensado él de los resultados -admitió Anderson-. 'Pero ya es muy tarde para acusarle'.
- 'Por otra parte no podían condenarle' -agregó Grave Digger.
- 'Todo lo que habría tenido que hacer era alegar buenas intenciones' -explicó Coffin Ed. 'Nunca se condenó a un hombre blanco que hubiese alegado buenas intenciones'.
- 'Muy bien, muy bien, ¿quién es el culpable esta noche, aquí, en Harlem? ¿Quién incita a esta gente a la anarquía insensata?'.
- 'La piel' -dijo Grave Digger.

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Salud y enjundia

Keli