Este sigue siendo el salvaje Este (PP) xv

Aunque parezca increíble, para el Ayuntamiento de Alicante (PP), toda la franja litoral sur de su municipio no existe, por lo que no está incluído en el programa de control de aguas dirigido al análisis y seguimiento de la calidad del agua para el baño. Con lo que l@s vecin@s del barrio de San Gabriel (sí, ese en donde viven los abueletes de la princesa Letizia) se están bañando sin tener la menor noción de si el agua es apta o no para los chapuzones. Por supuesto, la no-playa (adecentada por el Ministerio de Medio Ambiente a través de Costas, cuando la competencia corresponde al Ayuntamiento) no está dotada ni de servicios de botiquín, brigada de limpieza, papeleras, socorristas o mantenimiento.
Se ha desmentido que el alcalde Díaz Alperi haya convocado rueda o chapuzón de prensa (esponsorizada por bañadores Meyba) en la que pública y notoriamente se sometería a la fiscalizada ablución.

El patriotismo

Estupend@s amiguit@s, no puedo resisitirme a transcribir este artículo, en donde se ilustra con patéticos hechos aquello de:

Toda guerra la provocan los poderosos para que los débiles luchen y mueran defendiendo sus intereses (los de los poderosos, claro) a cambio de... ¿una galleta agusanada?

[Gentileza del diario 'Público']

De guerras y hambre, por Juan Sisinio Pérez G. (Catedrático de Historia en la Universidad de Castilla - La Mancha).

La insistencia en los hechos violentos de la historia crea una memoria colectiva que pareciera que no es patriótica si no está regada de sangre. A más muertes, mayor patriotismo. este año lo hemos vivido con motivo del bicentenario de 1808. Los actos de armas se elevan a momentos de epopeya patriótica. Se transforman en fetiches intocables la fechas de las batallas. Por supuesto, se recuerdan los muertos, pero sólo los de un bando, los del nuestro. Los del bando contrario se olvidan o son un simple número en la trastienda de la historia. Hace tres años se conmemoró la batalla de Trafalgar. Se recordaron los héroes muertos. Nelson por los ingleses y Churruca, Gravina y Alcalá Galiano por los españoles. Apenas se dijo que hubo 5.000 muertos, la mayoría, franceses. Y que más de 1.000 españoles heridos fueron reclutados para enfrentarse a la flota más preparada y potente de la época. El general Mazarredo escribió: "[...] llenamos los buques de una porción de ancianos, de achacosos, de enfermos e inútiles para la mar".
Con el motín del 2 de mayo ocurre otro tanto. Como con la guerrilla contra Napoleón. Se mitifica, pero no se cuenta que aquella gentes del pueblo vivían en el borde de la miseria, que tenían una esperanza de sólo 33 años y que su estatura media apenas llegaba a 1,50 metros, frente a la de los mamelucos, que medían 1,72 como mínimo. De hecho, en Madrid no volvieron a levantarse más. El hambre pudo con el heroísmo.
Como en la guerra de Cuba, a donde se enviaron 200.000 soldados y murieron más de 44.000. Poco más de 3.000 en combate o por heridas, mientras que más de 41.000 por hambre, con una galleta agusanada al día; por cansancio, sin tiempo para dormir; y por las subsiguientes enfermedades, sobre todo, "por el vómito". Así murieron por la patria.