En el principio... La espuma de los días ¡Tod@s al circo! Una diferencia ética (estructural) Este sigue siendo el salvaje Este (PP) lxxv Este sigue siendo el salvaje Este (PP) lxxiv "Algún signo de apariencia" Este sigue siendo el salvaje Este (PP) lxxiii Este sigue siendo el salvaje Este (PP) lxxii Corta Circuito (PP) Tocar las Cajas Exordio del nacionalismo

viernes, octubre 29, 2010

Para escribir hay que leer vii


Hoy: 'Lo que el viento se llevó', de Margaret Mitchell, 1936

Fue en la reunión musical de la señora Elsing, a beneficio de los convalecientes, donde Rhett afirmó su definitivo ostracismo. Aquel día, la casa de Elsing estaba llena de soldados con permiso, de miembros de la Guardia Nacional y de la Milicia Unificada; de señoras viudas y muchachas. La gran copa de vidrio grabado que el mayordomo de los Elsing tenía entre las manos, junto a la entrada, se había llenado ya dos veces de monedas de plata: la oferta individual de todos los asistentes. Esto representaba ya un éxito, porque cada dólar de plata valía sesenta dólares en papel.
[...]
Terminado el cuadro, [Escarlata] buscó los ojos de Rhett para ver si éste había apreciado su exhibición y vio con una sensación de despecho que él estaba atento a una discusión y probablemente ni la había advertido. Por las caras de los que lo rodeaban, ella comprendió que estaban furiosos por lo que Butler estaba diciendo.
-¿Debo interpretar que usted opina que la Causa por la que han caído nuestros héroes no es sagrada?
-Si usted fuese magullado por un tren en marcha, su muerte no santificaría a la Compañía Ferroviaria, ¿verdad? -replicó Rhett; y su voz parecía pedir humildemente una información.
-Señores -la voz de Guillermo temblaba-, si no estuviese bajo este techo...
Guillermo se puso rojo y todas las conversaciones cesaron. Todos estaban turbados. Guillermo estaba sano y fuerte y en edad de prestar servicio y sin embargo no había ido al frente. Era hijo único, esto es cierto; y, después de todo, hacía falta que se quedase en casa para proteger al Estado. Pero cuando Rhett habló de su valor hubo por parte de los oficiales y convalecientes risitas burlonas.
"Pero ¿por qué no se callará? -pensó Escarlata, indignada-. ¡Estropea toda la velada!"
Las cejas del doctor Meade fruncían amenazadoras.
-Para usted, joven, no hay nada sagrado -empezó con la voz que usaba en sus discursos-. Pero para los patriotas del Sur, hombres y mujeres, hay muchas cosas sagradas. Una de ellas es la de libertar a nuestro país de los usurpadores; otra es el Derecho de Estado, y...
Rhett tenía un aire de desprecio.
-Todas las guerras son sagradas -replicó- para los que deben hacerla. Si los que empiezan una guerra no la declarasen sagrada, ¿quién sería tan bobo que fuese a combatir? Pero, digan lo que quieran los oradores a los idiotas que van a hacerse matar, cualquiera que sea el noble fin que le asignen a la guerra, la razón de ésta es siempre una sola: el dinero. Todas las guerras no son más que cuestión de bellas palabras de los oradores que se quedan en casa. A veces, el grito de guerra es: "¡Liberemos el Sepulcro de Cristo de los Infieles!"; otras veces "¡Abajo el Papado!", "¡Libertad!"; a veces "¡Algodón, Esclavitud, Derechos del Estado!"
"¿Qué diablos dice del Papa? -se preguntó Escarlata-. ¿Y del Sepulcro de Cristo?"
Mientras intentaba acercarse al grupo, vio a Rhett inclinarse secamente y marchar hacia la puerta. Intentó unirse a él, pero la señora Elsing la cogió de la falda.
-¡Déjalo ir! -le dijo con una voz clara que retumbó en la sala un momento silenciosa-. ¡Es un traidor y un especulador! !Es una serpiente que hemos alimentado en nuestro pecho!
Rhett, en la antesala y con el sombrero en al mano, oyó lo que había dicho para que lo oyese y se volvió para examinar un instante el salón. Miró impertinentemente el pecho liso de la señora Elsing, sonrió y, haciendo una inclinación, salió.

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Salud y enjundia

Keli

2 Comentarios:

Blogger Persefone declara...

1) Desdeluego, el personaje de Reth no podía existir si no existíera Clark Gable, es imposible leerlo sin visualizarlo.Aquí lo encontramos asistiendo a un Tea Party sudista...
2) Me sorprende encontrarme que este libro que deboré a los ¿15? tiene párrafos con más contenido de lo que podía pensar entonces, como la discusión sobre el sentido de la guerra. A veces los bestseller son buenos. Por entonces todo lo que no fueran consignas ocultas contra las dictaduras pasaba a ser "novela". Pero la vida se encarga de demostrarnos que además existe el Tea Party y esa panda de HDP.
Saludos de Washyourfeet!

03 noviembre, 2010 11:59  
Blogger el paco .-) declara...

Pues mira, muchacha, el Rhett Butler de papel es muchísimo más guapo/interesante que Clark Gable (al que, como sabes, le olía mal el aliento).
¡Pedazo de novelón, meticuloso, dinámico, contextualizado...! ¡Me lo pasé Pipa, Pipa y Pipa este verano! ¿A qué estáis esperando?, ¡que no está descatalogado!

El pacoRhett.-)

04 noviembre, 2010 11:12  

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