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jueves, abril 24, 2014

Zen

Absolutamente vacío y libre de sí
                                                    

'Zen en el arte del tiro con arco', de Eugen Herrigel*

Introducción de D. T. Suzuki**

"Una de las características determinantes de la práctica de la arquería, y en realidad de todas las artes según son encaradas en Japón, y probablemente también en otros países del Lejano Oriente, es que no tiene un fin meramente utilitario ni se limita al puro goce estético, sino que está destinada a adiestrar la inteligencia y a ponerla en contacto con la realidad esencial. De ahí que el objeto de la práctica de la arquería no consista única y exclusivamente en "dar en el blanco"; que el esgrimista no esgrima la espada sólo para derrotar a su antagonista, y que el bailarín no baile sólo para ejecutar ciertos movimientos rítmicos del cuerpo. Antes que nada, la mente debe ser armonizada con lo Inconsciente.

En el caso particular de la arquería, quien acierta el blanco y el blanco mismo, dejan de ser dos objetos antagónicos para transformarse en una sola, única realidad. El arquero pierde conciencia de sí mismo como persona empeñada en dar en el blanco que tiene ante su vista; y este estado de "inconsciencia" se cumple cuando, absolutamente vacío y libre de sí, se vuelve uno, indivisible, con el arte de su destreza técnica, aunque haya en él algo, de un orden totalmente diferente, que no puede ser aprehendido a través de ningún estudio progresivo del arte.

Lo que distingue esencialmente la doctrina Zen de todas las demás doctrinas religiosas, filosóficas o místicas es que, al par que no trasciende jamás los límites de nuestra vida cotidiana y pese a su concreción y pragmatismo, posee algo que la mantiene apartada de la sordidez y la inquietud humanas.

Llegamos así a la relación entre la doctrina Zen y el arte de los arqueros, y otras artes afines como la esgrima, el arreglo floral, la ceremonia del té, la danza y las bellas artes en general.

La doctrina Zen no es otra cosa que "el espíritu cotidiano", según la feliz expresión de Baso (Matsu: muerto en 788); "espíritu cotidiano" que consiste simplemente en "dormir cuando se está fatigado", en "comer cuando se tiene hambre". Apenas reflexionamos, meditamos y conceptuamos, la inconsciencia original se pierde y se interpone un pensamiento. Ya no comemos cuando estamos comiendo ni dormimos cuando estamos durmiendo. La flecha se desprende de la cuerda pero no se dirige rectamente hacia el blanco, ni el blanco permanece donde está.

El cálculo, que es por naturaleza erróneo, interviene, y toda la experiencia de la arquería misma toma el camino equivocado. La mente confusa del arquero se traiciona a sí misma en todo sentido y en todos los planos de su actividad.

El hombre es una flecha pensante pero sus más grandes obras sólo las realiza cuando no está pensando o calculando. La "puerilidad" debe ser recuperada a través de largos años de adiestramiento en el arte del olvido de sí, y cuando lo logra, el hombre piensa aunque no piense. Piensa como la lluvia que cae del cielo, como las olas que agitan el océano, como las estrellas que iluminan el cielo nocturno. como el verde follaje mecido por la suave brisa de la primavera. En realidad, él es la lluvia, el océano, las estrellas, el follaje.

Cuando un hombre alcanza esta etapa de desarrollo "espiritual", se convierte en un artista Zen de la vida. No necesita, como el artista pintor, un lienzo, pinceles y colores, ni como el arquero el arco, la flecha, el blanco y otros utensilios. Tiene para ello sus miembros, su cuerpo, su cabeza; y su vida "Zen" se expresa por medio de todos estos instrumentos naturales, de cardinal importancia para su manifestación; sus manos y pies son sus pinceles y el universo todo el lienzo donde "pintará" su vida durante setenta, ochenta, y aun noventa años de existencia. Esta "pintura" recibe el nombre de Historia.

Hoyen de Gosozen (muerto en 1140) dice: "He aquí un hombre que, habiendo convertido la vacuidad del espacio en una hoja de papel, las olas del océano en un tintero y el monte Sumeru en un pincel, traza estos cinco caracteres: so-shi-sai-rai-i. Ante ellos, extiendo mi zagu y me inclino reverentemente".

Podríamos preguntarnos: ¿qué significa esta extravagante declaración? ¿Por qué alguien capaz de ejecutar esta acción debe ser considerado por ello digno del mayor respeto? Un Maestro del Zen respondería: "Como cuando siento hambre, duermo cuando estoy cansado". Si siente inclinación hacia la naturaleza tal vez conteste: "Ayer hacía buen tiempo: hoy llueve". El lector sin embargo quizá aun no haya visto la respuesta a su pregunta: ¿dónde está el arquero?

En este breve y maravilloso libro, Eugen Herrigel, filósofo alemán que llegó al Japón y allí se entregó a la práctica del arte de los arqueros en la esperanza de adquirir a través de ella el conocimiento profundo de la doctrina Zen, nos ofrece un esclarecedor relato de sus experiencias personales en la materia. A través de sus palabras, el lector occidental podrá entrar en contacto, de una manera más familiar, con algo que muy a menudo debe de haberle parecido una extraña y en cierto modo inaccesible experiencia oriental.

DAISETZ T. SUZUKI
Ipseich, Massachussets
Mayo de 1953
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*Eugen Herrigel (20 March 1884 in LichtenauBaden – 18 April 1955 in PartenkirchenBavaria) was a German philosopher who taught philosophy at Tohoku Imperial University in Sendai, Japan, from 1924-1929 and introduced Zen to large parts of Europe through his writings.

Eugen Herrigel (1884-1955) fue un filósofo alemán que vivió en Japón entre 1924 y 1929 donde estudió en la universidad imperial de Tohoku. También aprendió arquería japonesa tradicional con el maestro Awa Kenzo (1880-1939). A su regreso a Alemania escribió algunos de los primeros tratados occidentales sobre budismo zen, siendo el más famoso de ellos Zen en el Arte del Tiro con Arco. Esta obra contó con el aprecio de ensayistas y maestros zen nipones como D.T. Suzuki y Taisen Deshimaru. Una rara avis en el mundo de la espiritualidad donde no es dificil encontrar lectores centrados en los antiguos clásicos y aficionados actuales del zen que no leen el Shin Jin Mei de Kanchi Sosan (siglo VI d.C.) o  del Advaita Vedanta que no han leído a su definidor Adi Shankara (788-820 d.C.). 

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**Daisetsu Teitaro Suzuki (Suzuki Daisetsu Teitarō; he rendered his name "Daisetz" in 1894;[1] 18 October 1870 – 12 July 1966[2]) was a Japanese author of books and essays on BuddhismZen and Shin that were instrumental in spreading interest in both Zen and Shin (and Far Eastern philosophy in general) to the West. Suzuki was also a prolific translator of Chinese, Japanese, and Sanskrit literature. Suzuki spent several lengthy stretches teaching or lecturing at Western universities, and devoted many years to a professorship at Otani University, a Japanese Buddhist school.

Teitaro Suzuki (18 de octubre de 1870 - 12 de julio de 1966) fue un filósofo japonés. Es reconocido como uno de los promotores del Zen en Occidente.
Ha sido uno de los pilares que prepararon el terreno para que otros maestros del Ch'an y el Zen pudieran darse a conocer posteriormente. Con sus numerosos libros y ensayos sobre Budismo, Zen y Shin, fomentó el interés de Occidente por la espiritualidad Zen y Shin. Fue además un gran traductor de literatura china, japonesa y sánscrita.
Aunque su lugar de nacimiento hace ya tiempo que dejó de existir, un monumento marca su localización. Su nombre budista "Daisetsu", cuyo significado es "Gran Simplicidad", le fue dado por su maestro Zen Soyen Shaku.

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