¡El jazz al poder!

En el año 1963 y poniendo sobre la mesa su eterno buen humor y su carácter un tanto gamberro, [el gran] Dizzy Gillespie decidió presentarse como candidato a la presidencia de Estados Unidos. Dizzy for president fue un tema repetido en los ambientes musicales y progresistas (ahora se le llamaría antisistema) de la época. Al preguntarle el porqué de esa decisión, Gillespie respondía con contundencia: "¡Porque Estados Unidos me necesita!". Muchos intelectuales negros se sumaron a una propuesta, cuyo himno era una versión del tema Salt peanuts con letra de Jon Hendricks, y que incluía a Duke Ellington como secretario de Estado, Miles Davis en el Ministerio de Finanzas (aunque él dijo preferir la dirección de la CIA), Max Roach en el de Defensa, Louis Armstrong en de Agricultura, Ella Fitzgerald en el de Sanidad y Educación, Peggy Lee en el de Trabajo, Charles Mingus en un nuevo ministerio que se llamaría de la Paz, Ray Charles como director de la Biblioteca del Congreso, Thelonius Monk como embajador plenipotenciario itinerante y Mary Lou Williams como embajadora ante el Vaticano. La misma propuesta incluía desposeer de su nacionalidad al gobernador George Wallace y deportarlo a Vietnam.

Miquel Jurado, Estrellas del jazz - El País.