En el principio... La espuma de los días Noticias de Helena lxxviii Noticias de Helena lxxvii Noticias de Helena lxxvi (cuentos) ¡Las primeras golondrinas! Para escribir hay que leer xiii Iohannes Maurus: La clase media como paradoja Para escribir hay que leer xii ¡Las primeras golondrinas! Noticias de Helena lxxvii Para escribir hay que leer xi

lunes, octubre 31, 2011

La escuela de la II República i


Las enseñanzas de la República

La reforma de la educación fue la clave de los profundos cambios que inició la España de 1931

CARMEN MORÁN - Madrid

EL PAÍS - 17-04-2006

Una escuela pública, obligatoria, laica, mixta, inspirada en el ideal de la solidaridad humana, donde la actividad era el eje de la metodología. Así era la escuela de la II República española. De todas las reformas que se emprendieron a partir de abril de 1931, la estrella fue la de la enseñanza. "Sin ninguna duda, la mejor tarjeta de presentación de la República fue su proyecto educativo", asegura el catedrático de Historia de la Educación de la Universidad de Alcalá de Henares Antonio Molero. "Efectivamente, fue la piedra angular de todas las reformas: había que implantar un Estado democrático y se necesitaba un pueblo alfabetizado. Era el Estado educador", ratifica la doctora en Historia por la Universidad de Huelva Consuelo Domínguez. Tanto ella como Molero se han especializado en la enseñanza de la II República, un ambicioso proyecto que los maestros acogieron con entusiasmo.

El 14 de abril de 1931, la República encontró una España tan analfabeta, desnutrida y llena de piojos como ansiosa por aprender. Y los más ilustres escritores, poetas, pedagogos, se pusieron manos a la obra. De pueblo en pueblo, con la cultura ambulante.

A la espera de que se aprobara la Constitución, en diciembre, el Gobierno tomó, mediante decretos urgentes, las primeras medidas: se reconoció el Estado plural y las diferencias lingüísticas (se respeta la lengua materna de los alumnos) y al frente del Consejo de Instrucción Pública que haría caminar las reformas se nombró a Unamuno.

Se proyectó la creación paulatina de 27.000 escuelas, pero mientras, los ayuntamientos adecentaron salas donde educar a los niños. Y a los mayores. "Hubo incluso alguna escuelita en las salas de autopsia de los cementerios. Donde se podía". Entonces las maestras desempeñaron un papel primordial: enseñaban en sus casas con la subvención del ayuntamiento.

La República se propuso llenar las escuelas con los mejores maestros. Pero los docentes de la época tenían una formación casi tan exigua como su salario. Con Marcelino Domingo al frente del Ministerio de Instrucción Pública y Rodolfo Llopis de director general de Primera Enseñanza, se elaboró el "mejor Plan Profesional para los maestros que ha existido en nuestra historia", asegura Domínguez. Y prácticamente las mismas palabras usa Antonio Molero para defender esa idea. El sueldo miserable de aquellos voluntariosos maestros subió a 3.000 pesetas al tiempo que se organizaban para ellos cursos de reciclaje didáctico. En aquellas Semanas Pedagógicas recibían asesoramiento de los inspectores, para remozar su formación. La carrera de Magisterio, elevada a categoría universitaria, dignificó la figura del maestro. A los aspirantes se les exigió, desde entonces, tener completo el bachillerato antes de matricularse en las Escuelas Normales, donde se enseñaba pedagogía y había un último curso práctico pagado. "Se hizo del maestro la persona más culta, eran los intelectuales de los pueblos y, con toda la precariedad en que vivían, ejercieron de una forma digna", señala Consuelo Domínguez.

Con aquellas mimbres comenzó a tejerse un sistema educativo que puso el énfasis en el alumno, le hizo protagonista de las clases y de su formación. Los críos salían al campo para estudiar ciencias naturales, se trataron de sustituir los monótonos coros infantiles recitando lecciones de memoria por el debate participativo y pedagógico; los niños y las niñas se mezclaron en las mismas aulas, donde se educaban en igualdad, y se favoreció un tránsito sin sobresaltos desde el parvulario a la universidad. "Fue una escuela en la que se educó a los niños atendiendo a su capacidad, su actitud y su vocación, no a su situación económica. La educación pública recibió financiación para ello, y eso era algo que la escuela privada miró con recelo", recuerda Molero. "Todo tenía el aroma pedagógico de la Institución Libre de Enseñanza, que fue el soporte intelectual en el que se apoyó la República. Aunque diseñó una escuela más laica".

Efectivamente, laica y unificada, dos palabras que se convirtieron en el terror de la clase conservadora. Aprobada la Constitución, al ministro Fernando de los Ríos le tocó lidiar con la reforma más drástica y conflictiva: la disolución de la Compañía de Jesús; a las órdenes religiosas se les prohibió impartir enseñanza mientras a los maestros se les "libera" de la obligación de dar doctrina religiosa en clase.

"Es una medida discutible en un régimen de libertades, pero lo cierto es que era constitucional", asegura Molero. "La España de la época quizá no estaba preparada para estos cambios", razona Domínguez. En todo caso, la política de sustitución de la escuela religiosa "fracasó, porque las órdenes religiosas pusieron los colegios en manos de seglares con los derechos civiles reconocidos. Tenían otro nombre, pero era lo mismo. De hecho, el número de centros privados era mayor en 1935 que en 1931". Unos colegios privados a los que se permitió fijar su ideario.

La llamada escuela unificada, tan criticada en las filas conservadoras, no se refería, asegura Molero, "a la cesión al Estado del monopolio educativo. Se trataba de una educación sin escalones, que permitiera un camino fluido y continuo desde unos niveles a otros".

En 1933 hay de nuevo elecciones. La mujer estrena el voto femenino y la derecha -la CEDA de Gil Robles- llega al poder. Los progresistas verán cómo se va destejiendo parte del sistema diseñado. "Ellos mismos se llamaron el bienio rectificador", recuerda Cristóbal García, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Huelva. Se frenó la financiación educativa y las medidas laicas, aunque no se derogaron, fueron escamoteadas.

"Aquel bienio dedicó su política docente a frenar, si no a liquidar, las medidas anteriores", critica Molero. Pero señala, "en justicia", dos iniciativas considerables de aquel periodo: "Un buen plan de bachillerato y una comisión para la reforma técnica de la escuela que no pudo dar sus frutos". Por entonces comenzó el baile de ministros de Instrucción: "16 hubo en el total de la República: imposible hacer políticas a medio plazo", lamenta Molero. Luego se sucedería el Frente Popular y después un golpe de Estado que resultó largamente nefasto para la educación.
-------------------------------------------------------------------------

Misiones Pedagógicas y Colonias Escolares

Antes que educar, la República se vio obligada a dar de comer a los niños. Incluso a vestirlos. Había cantinas y roperos escolares y cobraron fuerza las Colonias Escolares que ya antes había puesto en marcha Bartolomé Cossío. Los niños viajaban al mar o a la montaña. Hacían deporte, se divertían. Pero, sobre todo, comían. "En 15 días algunos ganaban hasta cuatro kilos de peso", dice la doctora en Historia Consuelo Domínguez, que ha estudiado con detalle este extremo.

Hubo medidas urgentes que no podían esperar y que se adoptaron a golpe de decreto, hasta que fue aprobada la Constitución. El profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Huelva Cristóbal García ve en algunas de ellas un espíritu muy reformista: "Lo más revolucionario que puede hacerse, después de facilitar alimentación, fueron aquellas Misiones Pedagógicas" de cuyo patronato fue también presidente Cossío, y que todavía recuerdan los más viejos de los pueblos. En destartaladas camionetas llegaron a las aldeas perdidas bibliotecas itinerantes, proyecciones cinematográficas, teatro, museos ambulantes. El 70% de los hombres eran analfabetos; mucho más las mujeres. En aquellas Misiones Pedagógicas se embarcaron grandes poetas, afamados escritores y maestros con su corbata y maletín a los que los lugareños recogían en burro donde las camionetas ya no tenían acceso.

---------------------------------------------
La escuela de la II República
Una maestra del 34

La sevillana Lola Velasco recuerda cómo aplicó en la escuela franquista los métodos pedagógicos que aprendió en la República

JOAQUÍN MAYORDOMO - Sevilla

EL PAÍS - 17-04-2006
La escuela de niñas de El Saucejo (Sevilla), donde nació Dolores Velasco Torres era, en 1920, un caserón desconchado en el que aquella niña de tres años comenzó su andadura escolar junto a otras cuarenta compañeras. Ella tenía suerte; su abuelo era el maestro... Uno de los 36 que la familia Velasco acumula en cuatro generaciones.

Hoy, a punto de cumplir 90 años, Dolores tiene voz y energía suficientes para explicar con asombrosa precisión sus recuerdos: "Tuve suerte, como digo; mi abuelo era el maestro... La escuela estaba en la calle del Horno, muy cerca de casa. Teníamos un perro que me acompañaba y me recibía luego, a las doce, a la salida, ladrando desde el balcón. ¡Me acuerdo muy bien de todo aquello!".

"Entonces no había recreo", continúa rememorando Dolores. "El edificio era muy viejo, blanco por dentro, y en las paredes había un crucifijo, un mapa mudo y una pizarra muy grande. Los asientos eran corridos; no existían los pupitres. En cada banco nos sentábamos cinco o seis niñas; Rosita, María, Asunción... ¿Sabe? Repetíamos sin descanso la tabla de multiplicar y cantábamos canciones populares. Estudiábamos las lecciones en alto".

A esta octogenaria, recién proclamada hija adoptiva y predilecta de Dos Hermanas (Sevilla), donde reside desde hace medio siglo, no se le escapa nada, una vez ha cogido la punta del hilo de la memoria. Recuerda con nitidez la escuela republicana que llegó unos años más tarde, "en la que se celebraba como un gran acontecimiento la Fiesta del Libro, o se organizaban recitales de poesía y concursos de redacción y de cuentos", dice. Y rememora con admiración y gratitud las enseñanzas que recibió de aquellos maestros, como su tío Antonio, discípulos de Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza. Ellos la enseñaron los métodos pedagógicos que Dolores no dejaría nunca de usar en sus 42 años de maestra bajo el régimen franquista. "Eran hombres sabios, adelantados a su tiempo. Aplicaban métodos pedagógicos innovadores y recababan la atención del alumno con continuas preguntas. A partir de una palabra, cualquiera podía mantener en la clase un debate toda una mañana". Experiencias pedagógicas de hace 75 años. "Mi tío Antonio invitaba a los alumnos a traer todo tipo de plantas a clase... Y a partir de ahí estudiaban botánica, biología. En cada dictado se desmenuzaba la frase; y cualquier circunstancia era buena para explicar una regla de ortografía o provocar el análisis y la reflexión".

Lola transitó sin sobresaltos por la escuela republicana hasta acabar en 1934, con resultados notables, la carrera de Magisterio. "Estudiábamos de todo; teníamos 35 asignaturas por curso". Un año después empezó a preparar las oposiciones y se examinó el 11 de julio de 1936; siete días después estalló la Guerra Civil. "¡Adiós Magisterio!", balbucea apenada, mientras traga saliva y alarga los brazos, como intentando recuperar aquellos exámenes de los que hasta muchos años después no sabría el resultado (¡el número cuatro de su promoción!). Los papeles con sus notas quedaron arrumbados en el sótano de la Escuela Normal.

Pero Lola no se arredró y, tras mil peripecias y el paso injusto y cruel por la cárcel, impartió clases particulares, hasta que, finalmente, y tras verse obligada a estudiar Religión, Historia Sagrada y Moral, pudo examinarse de nuevo y, ya sí, obtuvo la plaza de maestra.

Lola no olvidó nunca lo que aprendió como alumna de la escuela republicana; métodos que aplicó luego, cada día: "El respeto al alumnado, el convencimiento de que cada niño y niña tiene algo bueno que puede potenciarse. Intentar mejorar siempre su autoestima, hacerles crecer", resume.

La motivación del alumnado con preguntas constantes para que no se distraigan, el esfuerzo para despertar su curiosidad, el argumento imposible para centrar la atención de la clase... La dedicación específica e individual siempre que se pueda: "Siempre que me ha sido posible le he puesto a cada alumno un problema... Como hacía mi tío Antonio, del que aprendí muchísimo", recuerda. Pero también, "como se llaman hoy, las actividades complementarias" han ocupado un tiempo importante en la actividad docente de Lola Velasco. A ella le gustó mucho pintar, bordar, coser... Y así se lo ha hecho saber a los miles de alumnos que han pasado por sus manos; a todos les invitaba a aficionarse "con algo". "Porque el tiempo no admite tregua". "Hay que hacer cosas, sea como sea", insiste, recordando a aquellas maestras y maestros de la República que vivían para la escuela.

Etiquetas: , , , , , , , , ,

Salud y enjundia

Keli

domingo, octubre 30, 2011

Esto es la derecha viii







oct
27
Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario PÚBLICO, 27 de octubre de 2011
Este artículo señala que el elevado nivel de concentración de las rentas y de la riqueza en los países a ambos lados del Atlántico Norte (incluyendo España) representa un obstáculo para la eficiencia económica del país, para el bienestar social de la ciudadanía, y para el desarrollo democrático de tales países. El artículo señala que la ciudadanía no es plenamente consciente del elevadísimo grado de concentración de las riquezas, resultado de políticas públicas que han beneficiado a una minoría de la población a costa de la gran mayoría.
En la mayoría de países de ambos lados del Atlántico norte no existe plena conciencia entre la población de la extraordinaria concentración de riqueza existente en estos países, resultado de la aplicación de políticas neoliberales por parte de sus gobiernos en los últimos 30 años. La desregulación de los mercados, incluyendo los financieros (que ha significado que las rentas superiores de tales sociedades y sus instituciones financieras no tengan limitaciones en sus comportamientos especulativos) y los laborales (forzando una disminución de los salarios y de la protección social, lo que conlleva un descenso de las rentas del trabajo con el consiguiente aumento de las rentas del capital, del cual derivan sus rentas los sectores más pudientes de la sociedad), así como las bajadas de impuestos (que han beneficiado predominantemente a tales sectores más pudientes), han facilitado una concentración de las rentas y de la propiedad que ha alcanzado un nivel que no se había visto desde principios del siglo XX, y que afecta negativamente la vida económica y política de tales países.
En EEUU, el investigador que ha estudiado más este fenómeno es el profesor George William Domhoff, que ha documentado cómo en aquel país el 1% de la población (los superricos) posee el 43% de todos los activos financieros, es decir, acciones (38%), valores (60%) y participaciones (62%). En realidad, si añadimos los ricos a los superricos, vemos entonces que el 10% de la población posee el 90% de tales activos y más del 80% de las propiedades inmobiliarias (excepto la vivienda habitual de los propietarios). Un indicador de esta concentración de la riqueza y de las rentas que de ella derivan es el enorme crecimiento del consumo de lujo. Las ventas de la versión más cara del automóvil Mercedes-Benz y Cadillac en EEUU y Porsche en Europa han alcanzado niveles nunca vistos antes. Mientras, las rentas del trabajo han ido disminuyendo en ambos lados del Atlántico como porcentaje de las rentas totales del país y, paralelamente, la pobreza ha ido aumentando.
El incremento en la polarización de la sociedad no está pasando desapercibida. Pero la población no es plenamente consciente del elevado grado de concentración de la riqueza. Así, cuando el canal de televisión público de EEUU (PBS) emitió el documental Land of the Free, Home of the Poor (16-08-11) mostrando la enorme disparidad de la propiedad, hubo una sorpresa generalizada. Según una encuesta entre una muestra representativa de la población estadounidense, el 90% creía que el 20% de la población (los superricos, los ricos y los grupos de profesionales de renta alta) poseía el 60% de la riqueza de aquel país. La concentración de la riqueza, sin embargo, es mucho más acentuada de lo que la población asume: el 10% (ricos y superricos) tiene más del 90% de la riqueza. Un tanto semejante ocurre en España.
La justificación de las políticas públicas neoliberales que favorecen a los superricos y ricos es que ellos son los que invierten y crean riqueza y empleo. Ahora bien, como señala acertadamente el economista de la Universidad de Cambridge Ha-Joon Chang en su libro 23 things they don’t tell you about capitalism, el nivel de riqueza y bienestar de un país no depende de la concentración de la riqueza, sino de cómo se utiliza esta. Cuando son los propios ricos y superricos los que deciden primordialmente cómo se utiliza la riqueza, la sociedad tiene problemas graves. El superrico y rico invierte, no para crear empleo, sino para conseguir más dinero. Y como puede sacar más dinero de las actividades especulativas (que no crean empleo) que de las inversiones productivas (la economía real que produce bienes y servicios), resulta que se crea muy poco empleo. De ahí que Ha-Joon Chang señale que quien debe guiar la utilización de tal riqueza, evitando sus usos no sociales, es la ciudadanía a través del Estado. Y la prueba de ello es evidente. Cuando el capital estuvo altamente regulado (1945-1980) y las diferencias de renta y riqueza entre las clases sociales eran mucho menores que ahora, resultado de políticas redistributivas realizadas por los estados, la riqueza global y el bienestar social crecieron mucho más rápidamente que durante el período neoliberal (1980-2011) cuando el capital, y muy en especial el financiero, pudo hacer lo que quiso. La Gran Recesión es resultado de ello.
Esta concentración a favor de una minoría –los ricos y superricos– se hace a costa de la mayoría, tal como muestran los siguientes hechos: las rentas del capital han aumentado a costa de la reducción de las rentas del trabajo; los recortes de impuestos que han beneficiado primordialmente a los ricos y superricos han supuesto reducciones muy notables de los servicios públicos del Estado del bienestar tales como sanidad, educación y otros servicios utilizados por las clases populares; su enorme influencia sobre los estados y sobre las instituciones internacionales (como el FMI, el Banco Mundial, la Comisión Europea, el BCE y la OCDE) explica también que se estén imponiendo políticas que, favoreciendo sus intereses, están dañando enormemente el bienestar de la población, reduciendo derechos sociales y laborales; y su influencia sobre los estados explica también las enormes ventajas fiscales y ayudas públicas que reciben de los estados (como el rescate de los bancos realizado con dinero público), a la vez que se oponen al aumento del gasto público, incluyendo el gasto público social, que beneficia a las clases populares.
En otras palabras, tales sectores pudientes (que representan minorías muy reducidas de la población) viven mejor a costa de que otros, la mayoría, vivan peor. Esta es la definición de lo que se llama explotación. Así de claro.

Etiquetas: , , , , , , , , , , ,

Salud y enjundia

Keli

miércoles, octubre 26, 2011

Esto es la derecha vii


martes 25 de octubre de 2011


CARLOS HERRERA SE BURLA DE LAS LÁGRIMAS DE PATXI LÓPEZ


Félix Población

Hace un tiempo, como acaba de hacer ahora Carlos Herrera en el programa radiofónico que dirige y presenta, otro machote renombrado, el escritor Arturo Pérez Reverte, tuvo la misma ocurrencia al burlarse de las lágrimas del ministro Miguel Ángel Moratinos cuando fue sustituido al frente de la cartera de Exteriores. A la política se viene llorado, dijo el literato y académico, y toda la caverna mediática a coro celebró la chuscada, como no podía ser de otro modo ante la identidad política del mentado.

Herrera no ha podido resistirse a esa tentación y parece que también ha tenido en cuenta las siglas políticas, como factor fundamental de crítica, al referirse a las lágrimas del lehendakari Patxi López y otros políticos del PSOE en un acto de ese partido celebrado el pasado fin de semana en el País Vasco. López no pudo evitar el llanto, como tampoco su compañero Eduardo Madina -que perdió una pierna (19-02-2002) como consecuencia de un atentado de ETA-, cuando el primero se dejó llevar por la emoción al referirse a la trágica memoria que deja la banda terrorista en Euskadi.

La emoción y las lágrimas, cuando se toca asunto tan grave y que tan hondo calado ha dejado en la conciencia de quienes han conocido muy de cerca la desesperación y el dolor que han sembrado los crímenes de ETA, es para toda persona de bien un rasgo de humanidad y dignidad que se debe agradecer como conciudadanos deseosos de que nuestros políticos también nos representen en esos gestos. Aparte de la solidaridad que tal manifestación espontánea implica con la pesadumbre y el recuerdo de las víctimas, denota una sensibilidad no apagada por el tiempo, algo que como Herrera debe saber es fundamental al hacer balance de ese historial de sangre.

Si al machote de don Carlos le parecen una cursilada las lágrimas de López y algunos de sus compañeros, cuando sobre Euskadi y España se cierne por fin la certidumbre de que ETA ha muerto, después de matar tanto y tan inútilmente, es de lamentar que con ello evidencie su escasa sensibilidad ante la emoción humana que mueve ese sentimiento, teniendo en cuenta el fondo histórico de múltiples dramas personales y familares sobre el que se sostiene.

Carlos Herrera ha parafraseado la frase de Pérez Reverte para recriminar esas lágrimas: Se viene llorado de casa, dijo Herrera, según pude escuchar en el programa El Intermedio de La Sexta, que suele glosar con meritorio humor el airado ideario que se da en la órbita mediática más montaraz. Yo le diría al aludido que tenga en cuenta esa admonición para aplicársela cada vez que vaya a la radio y se ponga en onda, sólo que en este caso el verbo más idóneo sería cagar, en evitación de cagadas tan nauseabundas como la que nos ocupa.

Etiquetas: , , , , , , ,

Salud y enjundia

Keli

lunes, octubre 10, 2011

Esto es la derecha vi


Rajoy promete hacer lo que haga

Mariano Rajoy aprovechó su gran discurso de la temporada, aquel donde al fin iba a desvelar su programa electoral, para prometer que será “razonable”, que dirá “la verdad”, que buscará “la concordia” y que gobernará “con valentía”, “diálogo”, y “responsabilidad”. Palabras huecas, nada más: un discurso más vacío de contenido político que el prospecto del ibuprofeno 600 miligramos. La manera de descubrir el engaño es cambiar los adjetivos por sus antónimos. ¿Alguien se imagina a un candidato prometiendo que será cobarde, irresponsable, irracional, autoritario y mentiroso? ¿Esto es todo, amigos? ¿Es esta nada con sifón lo que puede ofrecer el hombre que aspira a gobernar un país que se dirige a una nueva recesión? ¿Es aceptable que los compromisos más concretos que asuma Rajoy en la “convención programática” del PP se queden en ser un buen chico y no mentir?
Rajoy cree que el único riesgo que puede complicar su victoria aplastante está en la movilización del voto anti PP, ese electorado de izquierdas que tan útil le ha resultado al PSOE desde Aznar. De ahí este “depende” de la derecha, que sólo sale de la ambigüedad con medidas populistas, como la cadena perpetua. El programa del PP, ese animal mitológico, se resume en una de las frases del discurso de Rajoy: “Me comprometo a explicar lo que voy a hacer y a hacerlo. A explicar las decisiones que tomemos”. Por supuesto, este bonito pleonasmo (hacer lo que se hace, como aquel “puedo prometer y prometo” de Adolfo Suárez) se refiere al futuro. El líder del PP se compromete a ser transparente, pero sólo después de votar. Explicará las decisiones, pero sólo después de aplicarlas. De detallar durante la campaña cuáles serán esas medidas, ni hablar.

Etiquetas: , , , , , , , ,

Salud y enjundia

Keli